La ambición es la llave que abre las puertas a la inquietud, y la acémila que nos trae las contrariedades.
El buen carácter depende en conceder poca importancia a lo que a ti te afecta, y estimar en mucho lo que se refiere a los demás.
El carácter bondadoso es indicio de elevada condición.
El origen fundamentalmente del mal carácter se encuentra en pretender que los demás se adapten a ti, sin adaptarte tú a los demás.
¡Cuántas veces lo que está lejos se halla más cerca que lo que hay próximo!
La ambición es la llave que abre las puertas a la inquietud, y la acémila que nos trae las contrariedades.