Todos los hombres son dioses para su perro. Por eso hay tanta gente que ama más a los perros que a los hombres.
El trabajo no es más respetable que el alcohol y sirve exactamente para el mismo fin: distraer la mente y proporcionar al hombre el olvido.
Yo todavía no puedo entender por qué el matar codornices es un deporte altruista, mientras que matar ratas es tan depravado.
No es un don innato la verdadera dicha interior, debe adquirirse a costa de esfuerzos penosos.
Las dificultades de un hombre empiezan cuando trata de hacer lo que quiere.
La magnitud de las cantidades del dinero parece variar en modo notable hayan de ser pagadas o cobradas.
El dinero no reporta ninguna satisfacción cuando hay que trabajar para ganarlo; puesto que trabajando para conseguirlo no queda tiempo para gastarlo.
Las verdades mantenidas irracionalmente pueden ser más perjudiciales que los errores razonados.
Yo todavía no puedo entender por qué el matar codornices es un deporte altruista, mientras que matar ratas es tan depravado.