Goethe, amante del teatro, decía que nunca una obra mediocre, medianamente presentada, no deja de ser en espectáculo maravilloso.
Solamente la sociedad y el deseo no entristecen.
Poeta senador o zapatero, nadie se resigna a no ser el objeto de la vida universal.
Se llama insurrectos a los vencidos. Los victoriosos jamás son insurrectos.
¿Qué es viajar? ¿Cambiar de lugar? No. Es cambiar de ilusiones y de prejuicios.
La vida resulta deliciosa, horrible, encantadora, espantosa, dulce, amarga; y para nosotros lo es todo.
Venimos al mundo para recrearnos en el bien y la belleza y mantener nuestra voluntad, cuando es noble, gallarda y generosa.
Una educación que no ejercita las voluntades fácilmente deprava las almas; es preciso que el maestro fortalezca la voluntad del discípulo.
Al fin de nuestra vida creo que las únicas cosas agradables serán las que soñamos y las que no llegamos a hacer.