Nuestro éxito no está asegurado por nuestro propio mérito, sino que depende mucho de la gente que combate a nuestro lado.
Su experiencia, como tantas veces sucede, le hizo desconocer la verdad.
La vida nos enseña que no podemos ser felices sino con el precio de cierta ignorancia.
Las causas justas necesitan para triunfar el apoyo de la fuerza, tanto o más que las injustas.
Curiosidad limpia y vana: de nada puede servirnos el conocimiento del futuro.
Los pueblos atribuyen sus victorias a la pericia de sus generales y al valor de sus soldados; pero siempre achacan sus derrotas a una inexplicable fatalidad.
La Historia me ha enseñado que sólo aparecen los actos heroicos en las derrotas y en los desastres.
La verdad histórica nada tiene que ver con los hermosos ejemplos de heroísmo que vuelan de siglo en siglo sobre los labios y únicamente revelan arte y poesía.
La bondad en este mundo impone los más horribles sufrimientos.