Los jugadores cuentan como los enamorados aman, como los beodos beben, necesaria y ciegamente bajo el imperio de una fuerza irresistible.
No todas las sonrisas demuestran alegría, ni todas las lágrimas dolor.
A los que hemos estudiado en los libros nos queda para siempre una fiera amargura y una tristeza soberbia.
La razón es lo que más asusta de un loco.
Los males imaginarios no existen. Todos los males son reales desde el momento en que se experimentan; soñar el dolor es un dolor verdadero.
No comprendo que un hombre se case, ni que una mujer cometa semejante locura a la edad en la que ya sabemos lo que nos conviene.
La ciencia y la meditación son los primeros grados del conocimiento y sólo el éxtasis conduce a las verdades eternas.
El hombre sólo razona en el dolor y sólo medita en la tristeza.
La moral es la regla de las costumbres. Y las costumbres son los hábitos. La moral es, pues, la regla de los hábitos.