El buen pintor: entendido, Dios en su corazón, diviniza con su corazón las cosas, dialoga con su propio corazón.
El artista torpe obra al azar, se burla de la gente, opaca las cosas, pasa por encima del rostro de las cosas, obras sin cuidado, defrauda a las personas, es un ladrón.
Un maestro de la verdad, no deja de amonestar. Hacer sabios los rostros ajenos hace a los otros tomar una cara, los hace desarrollarla, les abre los oídos y los ilumina.
El artista torpe obra al azar, se burla de la gente, opaca las cosas, pasa por encima del rostro de las cosas, obras sin cuidado, defrauda a las personas, es un ladrón.