No te rías mucho ni por cualquier cosa ni estrepitosamente.
Le es más difícil a los ricos adquirir la sensatez, que a los sensatos la riqueza.
Un hombre de buen sentido es aquel que no se lamenta de lo que no tiene y se alegra de lo que posee.
No es negada la belleza como se sustrae el hombre a sus encantos; el mérito está en resistir reconociéndola.
La verdadera tranquilidad del espíritu consiste en no desear sino lo que dependa de nosotros; no han de causarnos celos las grandezas ni despertarnos envidias.
Jamás serás vencido si no emprendes combate en que no dependa de ti vencer.
Puedes ser invencible si nunca emprendes combate de cuyo regreso no estés seguro y sólo cuando sepas que está en tu mano la victoria.
He aquí una hermosa frase de Agripino: Jamás seré un obstáculo para mí mismo.
Ni las victorias de los juegos olímpicos ni las de los campos de batalla dan al hombre la felicidad. Sólo puede decirse feliz aquel que a sí mismo se ha vencido.