La conciencia sin Dios es un error que puede extraviarse hasta convertirse en un pozo de crímenes.
El hombre es un ser que a todo se acostumbra y ésta es la mejor de todas sus cualidades.
Los anhelos de belleza y de creación son tan inseparables del hombre, que probablemente sin ellos no podría vivir en el mundo.
El hombre es desdichado porque no sabe que es feliz.
No dejarse descorazonar, no sucumbir, cualquiera que sea la desgracia ocurrida: eso es vida.
Lo más odioso del dinero es que hasta talento confiere y seguirá confiriéndolo hasta el fin del mundo.
El hombre ha inventado a Dios sólo para poder vivir sin matarse.
En nuestro planeta sólo podemos amar sufriendo a través del dolor. No sabemos amar de otro modo ni necesitamos amar de otro modo ni conocemos otra clase de amor.
Los celosos son los primeros que perdonan, todas las mujeres los saben.