El valor de un Estado es, a fin de cuentas, el de los individuos.
El gran estilo nace cuando lo bello obtiene la victoria sobre lo enorme.
No podemos ser felices mientras a nuestro alrededor veamos el sufrimiento de otros seres.
No quiero labrar mi felicidad, quiero realizar mi obra.
Su piedad es dura; su brazo aplasta: no busquéis el apoyo del fuerte, no estrechéis jamás la mano titánica.
Si aspiras a la gloria, escucha un consejo: renuncia previamente al honor.
Cuando la gratitud de muchos hacia uno solo se desnuda de todo pudor, empieza a nacer la gloria.
Las grandes cosas exigen que se hable de ellas con grandeza, es decir, con cinismo y con inocencia.
Cuando los buenos amigos elogian a un hombre de talento, éste mostrará su agradecimiento por cortesía y benevolencia, pero en el fondo permanecerá indiferente.