Son las cualidades, y no la belleza de una mujer, lo que hace felices los matrimonios. La mujer que nos quiere sabe hacerse hermosa.
Es mucho más fácil quedar bien como amante que como marido, porque es mucho más fácil ser oportuno e ingenioso de vez en cuando que todos los días.
Quien sabe gobernar a una mujer, sabe gobernar un Estado.
La mujer tiene una cosa común con los ángeles, y es que los desgraciados le pertenecen.
La mujer es la reina del mundo y la esclava de un deseo.
¡La bilis no facilita los negocios!
Lo he obtenido todo porque he sabido desdeñarlo todo.
El odio confesado es imponente.
El celibato tiene el defecto capital de que, poniendo todas las cualidades del hombre al servicio de una sola pasión, el egoísmo, hace a los solteros inútiles y nocivos.