Cree en el corazón de tu madre; los caminos tortuosos no conducen a nada bueno; la paciencia y la resignación deben ser nuestras principales virtudes.
Para el hombre, el pasado se asemeja singularmente al porvenir; contar lo que fue, es tanto como decir lo que será.
El que no piensa más que en sí mismo, lo que le interesa y lo que le conviene, no puede adivinar ni suponer lo que otros piensan.
Sucumbimos menos por los efectos de una pérdida cierta que por los de una esperanza fallida.
El periodismo es una inmensa catapulta puesta en movimiento por pequeños odios.
Nuestros órganos son los ministros de nuestros placeres.
Todo poder es una conspiración permanente.
Todo poder humano está compuesto de tiempo y paciencia.
Nuestro futuro está preñado de respuestas que esperamos con inquieta curiosidad.