No es más lícito pedirle a los distintos caracteres que se asemejan a la expresión de sus sentimientos, que exigirles los mismos frutos a árboles distintos.
Hablar de los propios males a quien nos comprende, es ya un consuelo.
No debe permitirse a sí mismo nada que vaya contra la propia conciencia o contra la conciencia pública.
Hay tres jueces agazapados en el fondo de todas las conciencias: el honor, la verdad y la justicia.
La juventud no se atreve a mirarse en el espejo de la conciencia cuando se inclina del lado de la justicia, mientras que el adulto ya se ha visto en él; ésa es la diferencia entre ambas fases de la vida.
Ningún hombre ha podido descubrir el medio para dar un consejo de amigo a una mujer, ni aun a su propia mujer.
La constancia es el fondo de la virtud. Los que gustan de brillar mucho y de moverse mucho no han recibido el don de la constancia.
Las coquetas son como los cazadores que se ufanan de cazas, pero que no comen la presa.
Son las buenas costumbres y los nobles hábitos los que producen las más grandes ideas y los más hermosos amores.