Solemos desear con más violencia las cosas mientras más difícil nos es obtenerlas.
Los que desean con fuerza alguna cosa, casi siempre son complacidos por la casualidad.
En cuanto sucede una desgracia, siempre hay un amigo que viene a contárnosla y a escarbar nuestro corazón con un puñal.
Las almas grandes siempre están dispuestas a hacer una virtud de una desgracia.
¡Aquel tiempo feliz en que éramos tan desgraciados!
Las desgracias sufridas durante la infancia siempre dan cordura.
Horrible condición la del hombre; no hay una sola de sus dichas que no proceda de algo que ignora.
La desgracia provoca en ciertas almas un desierto en el que clama la voz de Dios.
Horrible condición la del hombre; no hay una sola de sus dichas que no proceda de algo que ignora.