El verdadero momento en que una mujer deja de querer a su marido, no es cuando se decide a engañarlo, sino cuando él se entera del engaño, porque destruye el encanto de engañarle.
Al amor lo pintan ciego y con alas. Ciego para no ver los obstáculos; con alas para salvarlos.
Al verdadero amor no se le conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece.
No hay sentimiento que valga; el amor es una ocupación como otra cualquiera.
El verdadero cariño no es el que perdona nuestros defectos, sino el que no los conoce.
El amor es como Don Quijote: cuando recobra el juicio es que está para morir.
Amar a muchas mujeres quizá no nos enseñe a conocerlas, pero nos enseñarán a conocernos.
El amor es como el fuego; suelen ver antes el humo los que están fuera que las llamas los que están adentro.
En la pelea se conoce al soldado, sólo en la victoria se conoce al caballero.