Para salir adelante con todo, mejor que crear afectos, es crear intereses.
Si la justicia parece venganza, ¿cómo ha de impedirse que los hombres crean alguna vez que la venganza puede ser justicia?
Si la gente nos oyera los pensamientos, pocos escaparíamos de estar encerrados por locos.
Cuando hay que luchar por la vida en condiciones desventajosas, es preferible parecer malo a parecer débil.
Lo peor que hacen los malvados es obligarnos a dudar de los buenos.
Nada más parecido que el mar en calma y la sonrisa de una mujer. Dice el azul del mar: navega; y dice la sonrisa: ama; y no es más incierto el mar que la sonrisa.
El alma de la mujer ¡qué vale!, si dentro de ella no hay un alma de madre.
El amor pone siete velos ante nuestros ojos, pero el matrimonio es una especie de danza de los siete velos, antes de terminar la luna de miel, que es la danza, nos queda un velo.
Amar a muchas mujeres quizá no nos enseñe a conocerlas, pero nos enseñarán a conocernos.