Los que no tienen, ni pasado ni futuro y gozan del presente, cosa que a nosotros no nos sucede mucho.
No es lo mismo crearse un nombre por una obra perfecta como valer una medicina por el nombre adquirido.
Es indudable que la verdadera devoción es la fuente de la tranquilidad.
Todo lo que favorece las pasiones nos parece verdadero; todo lo que las contraría, nos encoleriza.
De muchas personas sólo su fama vale; vistas de cerca son menos que nada.
No pensar en sí mismo y en el presente, es siempre una fuente de grandes errores, principalmente en política.
El presente es para los ricos, y el porvenir para los virtuosos.
Los niños no tienen pasado ni futuro, por eso gozan del presente, cosa que rara vez ocurre en nosotros.
Los mismos vicios que nos parecen enormes e intolerables en los demás no los advertimos en nosotros.