Contra la crítica no podemos protegernos ni defendernos; hay que actuar pese a ella, y así irá cediendo terreno poco a poco.
No sólo lo congénito, sino también lo adquirido forma al hombre.
Para que un talento se desarrolle rápida y sólidamente, es preciso que crezca en una nación en donde circule mucho espíritu y una sólida cultura.
Nunca se desprende uno de lo que le pertenece, aunque lo tire o lo regale.
Cuando hayamos cumplido nuestro deber interior, el exterior se cumplirá por sí mismo.
Todos nuestros defectos pueden transformarse en virtudes y nuestras virtudes en defectos, y estos últimos son precisamente los más peligrosos.
Tan errado es desconfiar de todo como confiar en todo.
Afortunadamente, el hombre sólo puede comprender un cierto grado de desgracia; más allá de este grado, la desgracia lo aniquila o le deja indiferente.
Quien le teme a la idea, acaba por perder también el concepto.