Todas las enfermedades del espíritu que conducen a la más triste ruina derivan principalmente del aislamiento. Son la concentración del hombre sobre sí mismo.
Las mentes más puras y reflexivas son aquellas que más aman el color.
Cabe preferir una derrota honrosa a una victoria mezquina; es la manera de realzar el ideal.
Cuando los hombres están ocupados en cosas honestas, sus diversiones nacen de su propio trabajo.
Educar a un niño no es hacerle comprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía.
Es sólo mediante el trabajo como se puede lograr la salud del espíritu, así como solamente en el pensamiento ha de ser feliz en el trabajo; estas dos cosas no pueden separarse impunemente.
La grandeza no se enseña ni se conquista; es la expresión del espíritu de un hombre creado por Dios.
Cuando el amor y la habilidad trabajan juntos el resultado es una obra maestra.
Recuerda siempre que las cosas más hermosas en la vida son las más inútiles: lirios y pavos reales, por ejemplo.