Aunque las circunstancias influyan mucho sobre nuestro carácter, la voluntad puede modificar en nuestro favor las circunstancias.
La convicción profunda de un hombre le sustrae a los ataques del ridículo.
El perpetuo obstáculo al progreso humano es la costumbre.
La disciplina es más poderosa que los números; la disciplina, es decir, la perfecta cooperación, es un atributo de la civilización.
La fatal sentencia de la humanidad a dejar de pensar en una cosa; en cuanto deja de ser dudosa, es causa de la mitad de sus errores.
Preguntaos si sois felices y dejaréis de serlo.
Has aprendido a ser feliz, limitando mis deseos, mejor que satisfacerlos.
La única libertad que merece este nombre es la de buscar nuestro propio bien, por nuestro propio camino, en tanto no privemos a los demás del suyo o les impedimos esforzarse por conseguirlo.
Preguntaos si sois felices y dejaréis de serlo.