El verdadero amor supone siempre la renuncia a la propia comodidad.
El arte más fácil y a la vez más difícil es el de saber ser feliz.
De igual modo que una vela enciende a otra y así llegan a brillar millares de ellas, así enciende un corazón a otro y se iluminan miles de corazones.
Opino que lo que se llama belleza, reside únicamente en la sonrisa.
¿Qué es el bien? No es más que amor.
El cristianismo, con su doctrina de humildad, de perdón y de amor es incompatible con el Estado, con su altanería, su violencia, sus castigos, sus guerras.
Tratamos de librarnos de nuestros deberes para con el prójimo cuando sin este sentimiento viviríamos como las bestias.
Todas las felicidades se parecen, pero cada desgracia tiene una fisonomía especial.
El verdadero amor supone siempre la renuncia a la propia comodidad.