Nunca se cierran tanto los caminos que no quede lugar para una acción honesta.
Los que saben mucho se admiran de pocas cosas y los que no saben nada se admiran de todo.
Las cosas buenas de la prosperidad deben desearse; pero las cosas buenas de la adversidad deben admirarse.
Sólo en la fortuna adversa se hallan las grandes lecciones del heroísmo.
Quien se aflige antes de tiempo, se aflige más de lo necesario.
Compra solamente lo necesario; lo superfluo, aunque cueste sólo un céntimo, es caro.
El alma es la que nos hace ricos, nos acompaña a los destierros y a las más agrias soledades, es inviolable y eterna y no está al alcance de ninguna mano.
Imponerse vivir cuando así lo quiera el interés de las personas amadas, cuenta entre las obligaciones del alma.
La abundancia de alimentos entorpece la inteligencia.