Deja al tiempo todo aquello que quieras conocer debidamente, porque en los primeros ímpetus nada se logra ver con discernimiento.
Más tolerable es el no adquirir que el perder; más contentos viven aquéllos en quienes nunca puso sus ojos la fortuna, que aquéllos a quienes abandonó.
Lo que antes eran vicios, ahora son costumbres.
Aquél a quien el crimen es beneficioso es el que lo ha cometido.
El crimen puede estar encubierto, pero no seguro.
Nadie es verdaderamente libre si es esclavo de su cuerpo.
En otros tiempos se limitaban a alimentar al cuerpo como un servidor; hoy se le sirve como a un amo.
Si queremos ser unos jueces justos en todo, esto es lo primero que nos debe convencer: nadie de nosotros está exento de culpa.
Si quieres vivir para ti, debes vivir para los demás.