Más mueven los ejemplos que las buenas palabras.
Si estás libre de enemigos porque a nadie hiciste injuria, no faltarán otros que lo sean por envidia.
El peor enemigo es el encubierto.
Si debe enojarse el sabio por ajenas culpas, nadie tan sin ventura como él, su vida correrá partida entre el coraje y el pensamiento.
Proporcionalmente al número de los admiradores crece el de los envidiosos.
El estilo es el vestido del pensamiento.
Decir lo que sentimos; sentir lo que decimos; concordar las palabras con la vida.
Hay algo en que el sabio tiene ventaja sobre Dios, y es que posee la sabiduría por adquisición, mientras que Dios sólo la posee por naturaleza.
La recompensa de una buena acción es haberla hecho.