Estemos siempre atentos para contradecir sin obstinación y dejarnos contradecir sin irritación.
La renta más segura es la economía; la economía es la hija del orden y de la asiduidad.
El que seduce a un juez con el prestigio de su elocuencia me parece más culpable que el que lo corrompe con dinero.
Las enemistades silenciosas y ocultas son más terribles que las abiertas y declaradas.
De hombres es el engañarse y de locos persistir en el error.
Los hombres, ¿pueden hacer bueno lo que es malo y malo lo que es bueno?
Ninguna época de la vida pública o privada está exenta de deberes.
Errar es cosa de cualquier hombre, pero perseverar en el error sólo privativo de los necios.
Generalmente, a mi parecer, la saciedad de todos los deseos engendra saciedad de vivir.