La diplomacia es la policía en traje de etiqueta.
Cada edad nos asigna un papel diferente.
La actitud odiosa de un ejército es su más seguro camino hacia la derrota.
La ambición de dominar sobre los espíritus es la más poderosa de todas las pasiones.
Hay solamente dos poderes en el mundo, la espada y el espíritu. A la larga, la espada será siempre vencida por el espíritu.
Si fuera necesario que perecieran cincuenta mil hombres para el bienestar del Estado, yo los lloraría; pero la razón del Estado es antes que nada.
El mejor orador del mundo es el éxito.
Los soberanos deben perdonar las faltas, pero jamás olvidarlas.
Hay calumnias frente a las cuales la inconsciencia misma se siente desfallecer.