No es poeta aquel que no ha sentido la tentación de destruir o crear otro lenguaje.
Enamorado del silencio, el poeta no tiene más remedio que hablar.
El amor y la muerte, gemelos adversarios, han sido constante asunto de los poetas desde el origen de la civilización.
Nuestra ficticia vida política sería incompleta si no tuviéramos una libertad de prensa igualmente ficticia. Teóricamente nuestros periódicos pueden decir lo que quieren. Prácticamente dicen lo que pueden.
El culto a la Revolución es una de las expresiones de la desmesura moderna.
La imaginación vuelve palpables los fantasmas del deseo. Por la acción de la imaginación, el deseo erótico va más allá, precisamente más allá de la sexualidad animal.
El sexo se ha vuelto predicador público y su discurso es un llamado a la lucha: hace del placer un deber. Un puritanismo al revés.
Enamorado del silencio, el poeta no tiene más remedio que hablar.