Un hombre nunca será demasiado en la elección de sus enemigos.
Perdona siempre a tu enemigo. No hay nada que le enfurezca más.
Cuando está enamorado, se comienza por engañarse a sí mismo y se acaba por engañar a los demás.
No existen más que dos reglas para escribir: tener algo alrededor y decirlo bien.
El único miedo que tiene una mujer de reformar a un hombre es fastidiarle de tal modo que le haga perder todo posible interés por la vida.
El estilo es el color de la literatura.
En el mundo común de los hechos, los malos no son castigados y los buenos recompensados. El éxito se lo llevan los fuertes y el fracaso los débiles.
La experiencia es el nombre que todos dan a sus propios errores.
Cuando está enamorado, se comienza por engañarse a sí mismo y se acaba por engañar a los demás.