Porque no es cosa decente, hablar sin saber con quién.
Que quien no sabe querer sea de mármol, no mujer. A la que me quiere, quiero y a la que me olvida, olvido.
No hay tan desdichado / que no tenga un envidioso, / ni hay hombre tan venturoso / que no tenga un envidiado.
Bien dice quien dice que un hijo es igual a muchos pesares.
Poco del honor sabía el legislador tirano / que puso en ajena mano mi opinión y no en la mía.
Bien dijo quien dijo que eran muy cobardes las desdichas, pues nunca solas se arriesgan.
¿Qué desdicha habrá que o sea, por más que mejore estado, desdicha del desdichado?
Tirana fortuna, / duélete un día siquiera / de mis desgracias.
Porque no es cosa decente, hablar sin saber con quién.