Olvidemos lo que ya sucedió, pues puede lamentarse, pero no rehacerse.
Conserva el mismo ánimo en cualquier circunstancia de la fortuna; que las cosas favorables no te exciten ni las adversas te depriman.
El miedo a los demás hace crecer la audacia.
Los designios astutos y audaces parecen a primera vista buenos, pero al ponerlos en práctica son difíciles y generalmente acaban mal.
Siempre el último socorro parece haber sido el causante de la victoria.
No midas las dificultades de la victoria por la grandeza de los ejércitos; frecuentemente un enemigo despreciado ha librado tremendas batallas.
La casualidad es un maestro para los insensatos.
Más vale no acusar a un criminal, que absolverlo.
Cualquier esfuerzo resulta más ligero con el hábito.