El ocioso es reloj sin manecillas: tan inútil si marcha, como si está parado.
La ausencia de una ocupación no representa un descanso; una mente completamente desocupada es una mente angustiada.
De cuando en cuando, un tonto, por casualidad, ha de tener razón.
El remordimiento es el huevo fatal que pone el placer.
El ocioso es reloj sin manecillas: tan inútil si marcha, como si está parado.