Nada hay serio en el destino humano.
La esperanza de la dicha contiene casi tanta dicha como la misma dicha.
Las empresas extraordinarias parecen imposibles a los que, midiendo las dificultades, imaginan que lo que no ha sucedido, no pueda suceder.
Todas las dificultades son fáciles una vez conocidas.
El oro vale por veinte oradores.
La mejor parte del valor es la distracción, y gracias a esta mejor parte he salvado la vida.
Si todo el año fuera de alegre vacación, divertirse resultaría más enojoso que trabajar.
Dad palabra al dolor: el dolor que no habla, gime en el corazón hasta que lo rompe.
Hay sonrisas que hieren como puñales.