Si eres sabio, sé alegre.
La alegría suele ser con frecuencia una máscara de la tristeza.
El hombre desea que los demás compartan sus propias penas, pero nunca las alegrías.
Si exageráramos nuestras alegrías como hacemos con nuestras penas, nuestros problemas perderían su importancia.
Yo experimento un profundo y humilde deseo: de aumentar la cantidad de alegría inofensiva.
La alegría del espíritu señala su fuerza.
La alegría compartida es una alegría doble.
La alegría es el ingrediente principal en el compuesto de la salud.
El hombre más feliz es el que se pasa la vida sin grandes dolores físicos o morales y no el que tiene más grandes e intensas alegrías.