Hay que evitar que, entre dos que se quieren, se interpongan palabras irreparables.
Todo verdadero amor está formado en la estimación.
El amor es nomás sueño y quimera.
Esta fuerza tiene el amor si es perfecto, que olvidamos nuestro contento por contentar a quien amamos.
La corona del amor se ha estrellado contra la vida corriente.
O que el amor me lleve / donde llorar yo pueda… / y lejos de mi orgullo / y a solas con mi pena.
Si colocamos muy alto al ser amado, acabaremos por colmarlo de injusticias.
El amor es un músculo muy, pero muy elástico.
El amor ante todo y sobre todo, es dador de placer. Entonces, ¿no es aberrante sujetarlo a la desdicha del avergonzamiento y el miedo?