No ser amado es una desgracia, dejar de serlo, una fortuna.
Muy poco segura es la posesión de un corazón al que se quiere retener a la fuerza.
El amor sin admiración sólo es amistad.
La amistad y el amor son sólo nombres.
El amor ante todo y sobre todo, es dador de placer. Entonces, ¿no es aberrante sujetarlo a la desdicha del avergonzamiento y el miedo?
El amor y la honestidad son vasos comunicantes.
Más fácil es encontrar un amor apasionado que una amistad perfecta.
Cuando uno quiere dar amor, se expone a recibirlo.
Para una mujer, toda reforma, toda salvación de cualquier clase de ruina y toda renovación moral están en el amor.