Hay ciertas cosas que, para saberlas bien, no basta haberlas aprendido.
Aprender muchas cosas no nutre la inteligencia.
El colmo de la estupidez es aprender lo que luego hay que olvidar.
Lo que lleva mucho tiempo en aprenderse, lleva también mucho tiempo en olvidarse.
Los hombres inteligentes quieren aprender; los demás, enseñar.
¡Ay, si pudiéramos aprender a aprender a tiempo!
¡Qué absurdo el abstenerse de aprender con el pretexto de que se ha pasado mucho tiempo sin hacerlo! Es preciso aprender mientras dure la ignorancia.
La naturaleza benigna provee de manera que en cualquier parte halles algo que aprender.
¡Ay, si pudiéramos aprender a aprender a tiempo!