Toda obra de arte es una lectura del mundo y, simultáneamente, una lectura de sí misma.
¿Hasta dónde no llegará el arte? Hay incluso quienes aprenden a llorar con gracia.
En toda obra de arte hay un proceso de magia.
El arte es simplemente un método acertado de hacer las cosas. La prueba del artista no consiste en la voluntad que pone en su trabajo, sino en la excelencia de la obra que produce.
La perfección del arte consiste en ocultar el arte.
La obra de arte es una señal de inteligencia que se intercambia el sentido y el sinsentido.
El arte imita a la naturaleza lo mejor que puede, al igual que el discípulo sigue a su maestro. Por eso es una especie de nieto de Dios.
Sólo el arte proporciona un goce que no requiere ningún esfuerzo apreciable, que no cuesta ningún sacrificio y que no necesitamos retribuir con arrepentimiento.
En todo gran arte no hay noble forma sin noble contenido.