Pobre en medio de tantas riquezas.
La avaricia es más opuesta a la economía que la libertad.
Los avaros son comparables a las abejas; trabajan como si fueran a vivir eternamente.
Los avaros atesoran como si hubieran de vivir eternamente.
El hombre que sabe gastar y ahorrar es el más feliz, porque disfruta de ambas cosas.
Aunque el avaro perdiera todos sus tesoros, siempre le quedaría una joya: su avaricia.
La riqueza ha creado más avaros que la avaricia de hombres ricos.
Al pobre le faltan muchas cosas; al avaro, todas.
El único bien que hace un avaro es morirse.