Conservar la salud mediante una dieta exagerada es una fastidiosa enfermedad.
Comidas largas crean vidas cortas.
Hay que comer y beber con tal moderación que nuestras fuerzas se reestructuren y no se recarguen.
Una de las mejores cosas de la vida es que debemos interrumpir regularmente cualquier labor y concentrar nuestra atención en la comida.
Hay que comer para vivir, pero no vivir para comer.
Las uvas son los pezones de la tierra, pezones virginales y menudos.
El placer de los banquetes no debe medirse por la voluptuosidad de los manjares, sino por la compañía de los amigos y por sus discursos.
Desde un buen festín se puede perdonar a todos, incluso a los parientes.
No sólo de pan vive el hombre. De vez en cuando también necesita un trago.