En todo pecho humano late el mismo corazón.
El verdadero templo está en el corazón.
Jamás se penetra por la fuerza en un corazón.
Optimista impecable; por las noches zurce su corazón.
Por la inteligencia rara vez nos ponemos de acuerdo; por el corazón, siempre.
El hombre tiene corazón, aunque no siga sus dictados.
Si la cabeza y el corazón se contradijeran, el corazón acabaría diciendo: la pobre cabeza cede siempre, porque es la más prudente.
O se tiene demasiada inteligencia para tener corazón, o se tiene demasiado corazón para ser inteligente.
Bajo los golpes de su suerte, mi corazón está ensangrentado, pero irredento.