Hasta el hombre común piensa que sería más sencillo ahorrar las riquezas destinadas a la destrucción, con lo cual se ahorrarían también la destinadas ala reconstrucción.
La fuerza se destruye a sí misma; debemos imponer nuestras exigencias por medios pacíficos.
Las más grandes cosas corren a su destrucción; éste es el límite que el cielo le ha marcado al éxito.
Gloria militar, atrayente arco iris que surge entre lluvias de sangre, ojo de serpiente que encanta para destruir.
Todo lo que fortifique será atacado; todo lo que sea atacado será destruido.
¡Qué poca diferencia hay entre dos hombres! Los dos coinciden siempre en el mismo propósito: destruir.
Nada hay imposible a la naturaleza, sobre todo cuando se propone destruirse a sí misma.
Hasta el hombre común piensa que sería más sencillo ahorrar las riquezas destinadas a la destrucción, con lo cual se ahorrarían también la destinadas ala reconstrucción.