El placer y el dolor son los únicos resortes de los actos del hombre y lo serán siempre.
El dolor es el principal alimento del amor, y todo lo que se alimente con un poco de dolor puro, muere.
El dolor apaga las pasiones y, al mismo tiempo que nos quita lo que nos daña, nos da lo que nos ennoblece.
El dolor no puede ser nunca ni insoportable ni de larga duración, a menos que tú lo agrandes a fuerza de la imaginación; debes verlo dentro de sus límites naturales.
Jamás sin dolor profundo produjo el hombre obras verdaderamente bellas.
El dolor acompaña al amor como parte de su ser, como el aspecto terreno de esa divina realidad que es el amor.
No hay memoria a quien el tiempo no acabe, ni dolor al que la muerte no lo consuma.
El trabajo es el mejor médico del dolor. En los afanes o en el desengaño, trabaja obstinadamente: tú mismo podrás experimentarlo.
Nada puede hacerme daño excepto yo mismo, el mal que me agobia lo llevo conmigo y jamás sufro realmente, si no es por mi culpa.