Sólo hay un gran general en cada siglo.
La actitud odiosa de un ejército es su más seguro camino hacia la derrota.
El ejército ha sido siempre la base del poder y lo sigue siendo. El poder está siempre en manos de los que tienen el mando del ejército.
La milicia no es más que una religión de hombres honrados.
El ejército debe estar en ejercicio constante para que los soldados no tengan tiempo de pensar en cosas que los hagan sediciosos e inútiles.
La verdadera misión del ejército consiste, no en apoyar incondicionalmente a cualquier personaje que se declara amo de un pueblo cuando sea oprimido.
A enemigo que huye, puente de plata.
El peso de los ejércitos permanentes y de las pesadas contribuciones hacen la vida intolerable y el descontento se manifiesta en protesta y revolución.
Sólo hay un gran general en cada siglo.