Estudia como si fueras a vivir para siempre: vive como si fueras a morir mañana.
Hay que estudiar mucho para saber poco.
En el estudio no existe la saciedad.
Las puertas de la sabiduría nunca están cerradas.
El gran objeto del estudio es formarse un espíritu adaptable a todas las contingencias.
Es preciso evitar las novelas; no avancéis nunca por caminos ignorados; encuéntrase difícilmente quien comenzó a extraviarse.
El estudio es semejante al sol glorioso del cielo, que no permite que lo escudriñen a fondo insolentes miradas.
Todos los filósofos, con sus estudios, disputan acciones y buscan la vida dichosa; he aquí la causa de la filosofía.
Amargas son las raíces del estudio, pero los frutos son dulces.