Hay una cosa en el mundo mejor que oír hablar de uno: es que no hablen de uno.
No eres más santo porque te alaben, ni más vil porque te desprecien.
A la opinión y fama démosles su lugar debido; que no pretenden guiarnos, antes bien que nos sigan.
¡Oh, fama vocinglera! / ¡Cuán fácil es el viento que te guía y tu sonora voz, cuán embustera!
Nuestro nombre es nuestro ser.
La fama trata de la soledad; el éxito es tan frío como el hielo y tan poco hospitalario como el Polo Norte.
Fama y tranquilidad son dos cosas opuestas.
El medio más corto, seguro y glorioso para ganar fama en el hombre de bien, consiste en trabajar para serlo.
La fama comienza por el humor.