Pocos hombres podrán decir: he sido feliz; casi todos dicen: lo seré, y ninguno ha dicho: lo soy.
Necesario aprender a curarme de las cosas y a ser feliz.
Nada es tan conveniente para la felicidad como sustituir las preocupaciones por las ocupaciones.
La felicidad consiste en vivir en el seno de la naturaleza.
La suprema felicidad no es la recompensa de la virtud, sino la virtud misma.
El ansia de la felicidad en los hombres es infinita. Éste es el motivo por el cual ninguna proporción entre la felicidad y el dolor puede satisfacerles.
Poseyendo las cosas buenas, los hombres felices son felices. Por qué quieren ser felices, es pregunta fuera de lugar.
He pasado por todas las condiciones, y después de una exacta reflexión sobre la vida, no encuentro más que dos cosas que puedan hacerla feliz: la moderación en los deseos y un buen uso de la suerte.
Creer en la felicidad hasta el punto de preocuparse por perseguirla: en ello se encierra toda la felicidad, porque otra no existe.