Carecer de algunas de las cosas que uno desea es condición indispensable de la felicidad.
Cuando se es feliz es cuando hay que tener más miedo; nada amenaza tanto como la felicidad.
Podría hacerse a mucha gente feliz, con toda la felicidad que se pierde en este mundo.
La felicidad no se experimenta… se recuerda.
Muchos buscan la felicidad como otros buscan el sombrero: lo llevan encima y no se dan cuenta.
La felicidad no es nunca grandiosa.
El hombre feliz es más raro que un cuervo blanco.
Si yo no puedo ser feliz, quiero consagrar toda mi vida a la felicidad de mis semejantes.
Las promesas de alguna especie de felicidad se parecen a las esperanzas de la vida eterna; vistas desde cierta distancia parecen firmes y uno no se atreve a acercarse más.