El juego es altamente moral. Sirve para arruinar a los idiotas.
Los jugadores cuentan como los enamorados aman, como los beodos beben, necesaria y ciegamente bajo el imperio de una fuerza irresistible.
Porque al tahúr no le dura / mucho tiempo la alegría / y el que de naipes se fía / tiene al quitar la ventura.
Las mujeres juegan con su belleza como los niños con un cuchillo. Y se lastiman.
El juego es la única pasión que puede competir con el amor.
El juego es un principio inherente a la naturaleza humana. Nos afecta a todos.
¿Habrá algo más terrible que el juego? No; el juego da, toma; sus razones no son nuestras razones. Es mudo, ciego, sordo. Lo puede todo: es un dios.
El hombre es un animal que juega.
El juego es altamente moral. Sirve para arruinar a los idiotas.