La lectura de un libro es un diálogo incesante, en el que el libro habla y el alma contesta.
Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee.
El placer que se busca en leer, es el placer de pensar.
La lectura no da sabiduría al hombre: le da únicamente conocimientos.
El buen lector hace al libro bueno.
Escribir es recordar, pero leer también es recordar.
Gran diferencia hay entre la persona que pide leer un libro y la que pide un libro para leer.
No he sufrido nunca una pena que una hora de lectura no me haya quitado.
La lectura es a la inteligencia, lo que el ejercicio es al cuerpo.