De nada me hubieran servido los libros si no pudiese prescindir de ellos.
No hay otro saber que el que se halla en los inmortales caracteres de los libros.
Los libros tienen los mismos enemigos que el hombre. El fuego, la humedad, los animales, el tiempo y su propio contenido.
Si el libro que leemos no nos despierta de un puñetazo en el cráneo, ¿para qué leerlo?… Un libro tiene que ser el hacha que rompa nuestra mar congelada.
Los libros son amigos que nunca decepcionan.
Todos los libros pueden dividirse en dos clases: libros del momento y libros de todo momento.
¿Qué jardín, qué Aranjuez en mayo, como una librería selecta?
Los libros antiguos para los autores, los nuevos, para los lectores.
De nada me hubieran servido los libros si no pudiese prescindir de ellos.