Odio y amo. Os preguntáis cómo es posible. No lo sé; pero lo siento y es una tortura.
Por lo común, tan sólo odiamos a los que no podemos despreciar.
Llega la vanidad de algunos a hacer gloria del odio, como la pudiera hacer de la amistad.
Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros.
El odio a nuestros semejantes es mayor con los más allegados.
El odio entre los dos sexos no se extinguirá jamás.
Una pasión inspirada por el odio es lo que más se parece a una pasión inspirada por el amor.
El odio confesado es imponente.
Las mujeres y los políticos odian a todo el que no pueden engañar; por eso los hombres inteligentes no son nunca afortunados ni en el amor ni en la política.